Las imágenes que se muestran son crudas. Se sugiere cautela.
Plain stupidity…
Entrenamiento infantil para ser un buen decapitador de cristianos
POR
JESUS ASIAIN | ISLAMWATCH.EU
PUBLICADO 23 AGOSTO, 2014
Parece incrible pero los niños musulmanes, desde prácticamnte bebés, son adiestrados para odiar y asesinar. Este tuit es un ejemplo. Las fotografías hablan por si mismas: un niño corta el cuello de una muñeca vestida con el típico traje naranja, identico al que vestía Foley en el video en el que se mostraba su decapitación. Tras él, la bandera del Estado Islámico
Un clérigo wahabita alecciona a sus seguidores sobre “cómo disfrutar decapitando”
El jeque Takfiris, un prestigioso predicador wahabita, aparece en un vídeo ilustrando a sus seguidores sobre “cómo disfrutar decapitando”.
Decapitar a los enemigos de Alá es justo y necesario, según dejó escrito el “Profeta”, pero esta actividad no tiene por qué ser desagradable ni aburrida. Y esta es la opinión del notable jeque Takfiris, un experto en este tipo de procedimientos punitivos, que recientemente ha dado unas esclarecedoras charlas sobre “cómo disfrutar decapitando”.
El jeque afirma, entre otras cosas, que la decapitación de una cabra y un infiel son esencialmente diferentes, puesto que a un animal se le separa la cabeza del cuerpo con indiferencia, sin embargo, al infiel hay que ejecutarlo gozando del momento y con regodeo.
El diario chiita iraní Al-Alman, que ha dado mucha publicidad a la noticia, acusa al wahabita de aventar una doctrina brutal y desviada, al tiempo que lo tilda de loco…y de formar parte de una conjura sionista para desprestigiar al islam.
Para Takfiris decapitar es un placer. Y eso mismo piensan algunos musulmanes occidentales, como los estrafalarios Eleomar, Abu y Sharrouf.
Eleomar, un ex boxeador australiano, ha adquirido cierta notoriedad por fotografiarse sonriente, por no decir en actitud carcajeante, con sus “trofeos”.
Abu, un carnicero “holandés” que ha vivido durante 10 años de una pensión por incapacidad permanente al ser declarado tonto por los servicios sociales de su país de acogida, tampoco se resiste a rebanar pescuezos con orgullo y satisfacción. Y no pierde ninguna oportunidad de mostrarse satisfecho entre los cuerpos que él mismo ha despedazado por toda Siria.
Por su parte, Khaled Sharrouf, un afamado yihadista australiano, no sólo disfruta cortando el gaznate a quien sea menester, sino que también está enseñando el placentero oficio a su hijo de siete años. Hace pocos días, Sharrouf exhibió en su cuenta de Twitter a su vástago sosteniendo la cabeza de un enemigo de Alá, y acompañó la siniestra imagen con un breve texto que más bien parecía un epitafio: “Este es mi niño”.